AMIGAS Y AMIGOS...

Frente a la adversidad de este momento,
retiro mis sirios antes que se detenga su luz,
antes que llegue el anunciado crudo invierno,
antes que desaparezca o no te encuentres tú.

No quiero ser historia que no se cuente,
ni menos ser viento en cualquier invierno,
quisiera estar y que me recordaras siempre,
cuando alguna tristeza llegue a tu encuentro.

Su pudiera detener las palabras de mis versos,
para no mezclar la noche con el claro día,
no juntar anhelos con mis ansiados sueños,
menos las quimeras amargas y las dulces utopías.

Brindar las palabras y los versos que no he escrito,
esos que simplemente a muchos les hacen soñar,
entregar mis pensamientos al que lea con apetito,
al que sacia su sed y las palabras le hacen volar.

El árbol dejo caer todas las hojas de su armadura,
aquellas aves parlanchinas ya no lo visitan más,
en su tronco escasean las juveniles escrituras,
no llega aquella tormenta que lo salve del final.

Los silencios son puñales hirientes muy afilados,
clavan siempre en lo profundo de este corazón,
aunque herido de muerte sigue latiendo apurado,
no hay quien pueda luchar y detener la razón.

La luz no entra en mi espacio ganado, adquirido,
con temas perdidos en la costanera del tiempo,
se detuvo la vida en las palabras que he escrito,
no hay fantasías que demuestren lo que siento.

Recurro a mis versos, entrañables versos míos,
aquellos que en un tiempo inundaron con gloria,
la majestad de todos aquellos momentos vividos,
de las amigas, amigos que hoy ya son solo historia...